Las bandas transportadoras son un pilar básico en almacenes, centros de distribución y un gran número de industrias. Esta maquinaria juega un papel fundamental en la productividad, el rendimiento y la eficiencia en el trabajo. Por eso, es fundamental que las sometamos a un mantenimiento preventivo, con el fin de evitar la aparición de averías importantes.
¿Cómo realizar una inspección de mantenimiento de las bandas transportadoras?
Llevar a cabo una inspección periódica se antoja fundamental y, para ello, es necesario cumplir con una serie de pasos. Básicamente, durante este proceso, debemos realizar una limpieza y un engrasado de los elementos rodantes, ajustar y reglar las bandas transportadoras, reparar o sustituir aquellas piezas que pudieran estar desgastadas o deterioradas y efectuar determinadas comprobaciones. Entre ellas, que no existan fugas de aceite o hidráulicas en la maquinaria, el estado de las conexiones eléctricas sea el adecuado y no se hayan producido holguras.
Conviene que nos aseguremos también de que los sistemas de protección y seguridad funcionan correctamente. Todas las labores de mantenimiento que realicemos tendremos que detallarlas debidamente en un documento de seguimiento.
¿Con qué frecuencia completar este proceso?
El entorno en el que opera la cinta, el ritmo de uso, el tamaño de la carga o el tipo de aplicación son factores que influyen de forma determinante en la frecuencia con la que debemos completar este proceso, así como en el enfoque de la inspección. En cualquier caso, es recomendable que, como mínimo, lo hagamos una vez al año.
El mantenimiento debe ser programado, con el objetivo de reducir al máximo las pérdidas de tiempo para que no se vea afectada nuestra productividad. Por supuesto, han de ser profesionales cualificados y acreditados quienes se encarguen de este trabajo.
En resumen, el seguimiento de un plan de mantenimiento preventivo de las bandas transportadoras es clave en la eficiencia de multitud de procesos productivos.
